No hay destino digno sin cultura nacional, no hay cultura
nacional sin valores, no hay valores si no hay docentes capaces de vivirlos
para poder enseñarlos..." (Roberto Magni Silvano)
Nunca antes en la historia de las naciones, los hombres
dedicaron tanto tiempo y esfuerzos, recursos humanos y materiales y depositaron
evidentes expectativas en una misma actividad. Y si bien la educación no es
todavía de acceso para todos, deberíamos ser conscientes de que la misma ha
dejado de ser un bien común y ha pasado a ser un derecho de todos. Pero
lamentablemente, y a pesar de la globalización que implica esta sociedad
informacional en la que vivimos, se fracasa, se pierde el rumbo y se desdibuja
la finalidad que cumple el docente en el proceso educativo.
Afortunadamente aún hay docentes que se quieren capacitar y
que deciden salir de este letargo inmovilizador. Hay aún docentes que han
encontrado el valor de la inclusión de las nuevas tecnologías de la información
en un intento innovador y progresista. ¡Todavía hay utopías por cumplir!

Creemos que la
institución educativa debe formar parte de los procesos, promover una actitud crítica y buscar una forma de
llegar al alumno - interesarlo que no es lo mismo que divertirlo- para que este pueda conformar su identidad
por sí mismo y no dejarse influenciar.